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 Belicistas e inquietos, pero sus ciudades son un ejemplo de avance muy  alejado del caos. Sus construcciones son impresionantes islas  artificiales comunicadas entre si por puentes o túneles que  conectan impresionantes domos subacuáticos. Los Anequi  disfrutan del mundo de las armas más que ninguna otra civilización.  Siempre pensando en cuál nuevo territorio dominar, viven para la guerra y  la exploración constante.  

Fueron originalmente una pequeña comunidad que vivía del  comercio con una gran ciudad de la antigüedad repentinamente arrasada  por la violenta erupción de un volcán. Decidieron explorar sus ruinas y  se toparon con un maravilloso legado de tecnología. Ahora los Makkaj son dueños de avances que han hecho  suyos y potenciado, creando y fabricando máquinas, herramientas de  construcción más allá de lo imaginable.

 Son el más grande y próspero imperio actual en todo Hallumtipac. La  leyenda reza que la nobleza Inti viene de una familia conformada por cuatro hermanos y cuatro hermanas quienes afirmaban con vehemencia ser descendientes e hijos directos del dios Sol. Falso o no, cierto es que portaban un gran poder  inherente, capaces de desencadenar energías mágicas sin necesidad de  ser chamanes, sacerdotes o hacer ritual alguno.  

 La gran deidad suprema seleccionó algunas especies animales, dotándolos  de inteligencia, libertad de elección y modificó su morfología para que  fueran los regentes de Hallumtipac, alimentando a los dioses con  ofrendas, oraciones y acciones. Así nació la gran raza de los Weil’Ku,  Individualistas, competitivos y siempre buscando demostrar su  superioridad, los Weil’Ku han sido capaces de conformar varias comunidades durante sus años de dominio.